Luego de convocar a inicios de su gobierno, a un amplio proceso de debate nacional que se llamó "Grenelle" de l'environnement, el Presidente francés anunció el 25 de octubre los resultados de esta experiencia. Sarkozy presenta estos resultados como un hito fundador y un nuevo trato ambiental en Francia, Europa y el mundo, y una revolución en la forma de pensar, en la política y en los objetivos.
La virtud de esta experiencia de debate y negociación totalmente original, es que se diseña un proceso que incluye a la sociedad en su conjunto, definida como un pentágono entre cinco actores: ONG, sindicatos, empresas, colectividades locales y Estado. Ha sido calificada, y con razón, como una innovación democrática.
Estos anuncios fueron hechos en presencia del presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso y del Premio Nobel de la Paz, Al Gore, quienes destacaron la eficacia y originalidad del proceso, que se expresará a través de una ley que se discutirá en el próximo invierno del norte.
Vale la pena detenerse en estos acuerdos emanados del Grenelle, propuestos por el Ministro de Ecología Jean-Louis Borloo, y reflexionar sobre ellos a la luz de lo que hoy se debate, y no se debate, en nuestro país:
- Triplicar la superficie de agricultura biológica y congelamiento del cultivo de OGM. A cambio de ello los agricultores obtuvieron concesiones como la mantención del apoyo a los agro-combustibles, a pesar de la opinión de muchos que se plantean escépticos sobre su interés ambiental global.
- Una disminución de un 50% del uso de pesticidas en un plazo de 10 años.
- Normas más estrictas de eficiencia energética en la construcción.
- Congelamiento del aumento de la capacidad de las vías de transporte terrestre, a cambio del fomento de medios alternativos como el fluvial y ferroviario
- Ojo con esto: Reestablecimiento de la contribución del Estado al financiamiento del transporte público urbano.
- Negociación en este modelo de cinco bandas (quintopartita?) de todos los grandes proyectos públicos teniendo en cuenta su costo para el clima y la biodiversidad.
- Apoyo al principio de precaución. "Revertir la carga de la prueba", en palabras de Sarkozy: "ya no le corresponde a las soluciones ecológicas probar su interés, sino a los proyectos no ecológicos probar que no se pueden hacer de otro modo". Le reconoce al principio precautorio que no es de inacción sino de vigilancia y transparencia.
- Apoyo irrestricto a toda propuesta de la comisión europea de endurecer la reglamentación comunitaria.
- Dar más tiempo a la reflexión para la determinación del impuesto sobre el CO2 (no hubo acuerdo) fijando de todos modos el objetivo en “gravar más la contaminación, especialmente las energías fósiles, y menos el trabajo”.
- Congelamiento de la creación de nuevas instalaciones nucleares.
Investigación y energías renovables: Sarkozy afirma que el modelo de crecimiento está condenado y que el desafío es invertir masivamente para crear las condiciones de crecimiento de mañana.” Por cada euro destinado a la investigación nuclear se deberá destinar otro euro a la investigación en tecnologías limpias y prevención de riesgos.”
Finalmente, lo que me parece notable en términos políticos es que Sarkozy, un hombre de derecha que hasta hace poco no entendía de medio ambiente, se sinceró diciendo que "Para que un hombre como yo sostenga este discurso, es que Francia tiene que estar cambiando".
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LE MONDE 26.10.07
LEMONDE.FR 25.10.07
