31 mayo 2007

Histórico Fallo del caso del Plomo en Arica: Corte Suprema condena al fisco a indemnizar daño moral por 2.848 millones

La Corte Suprema confirmó la sentencia de la Corte de Apelaciones de Arica, condenando al Fisco a indemnizar el daño moral, provocado a 356 habitantes de Arica, por la internación y acopio de residuos peligrosos (plomo principalmente) autorizados por el Servicio de Salud de esa ciudad. A continuación reproducimos la noticia de El Mercurio.
Los abogados demandantes fueron el equipo de FIMA, integrado por Fernando Dougnac (Premio nacional del medio ambiente 2003), Francisco Ferrada y José Ignacio Pinochet.
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El Mercurio. Jueves 31 de mayo de 2007

Fallo de la Corte Suprema: $2.848 millones deberá pagar el Estado a 2 poblaciones de Arica

Indemnización es por daño moral por contaminación.

Por Cinthya Carvajal

La 3ª Sala de la Corte Suprema resolvió que el Estado deberá indemnizar con $8 millones a cada uno de los 356 habitantes de las poblaciones Cerro Chuño y Los Industriales de Arica, por el daño moral a raíz de los "efectos tóxicos emanados del acopio de residuos peligrosos (...) plomo, zinc, arsénico, cadmio, mercurio y cobre".
En total, el fisco deberá cancelar 2.848 millones de pesos por la internación de 20.901 toneladas de desechos tóxicos, realizada en 1984 por la empresa Promel Ltda.
Fue la compañía sueca Boliden Metal AB la que envió los residuos mineros para almacenarlos en el puerto de Arica, con la autorización del Servicio de Salud.
En el fallo, dictado por los ministros Ricardo Gálvez, Milton Juica, Adalis Oyarzún, Hugo Dolmestch y Héctor Carreño, se explica que los elementos tóxicos ingresaron al organismo de la población por la respiración y los vientos, provocándoles, entre otros síntomas, "caída de cabello, desmayos, vómitos, diarreas, mareos, dolor de cabeza, erupciones en la piel, problemas mentales", lo que a juicio de los jueces es un daño moral que debe ser indemnizado.
Se determinó que el Servicio de Salud incumplió sus obligaciones legales, ya que tenía la responsabilidad de "proteger a la población" de la contaminación, tal como lo resolvió la Corte de Apelaciones de Arica.

29 mayo 2007

Foro Energía III: Tres para un tango, por Julián Cárdenas

Tres para un tango es una colaboración nuestro corresponsal en Suecia, Julián Cárdenas. La entrada original está en su blog "Somos Uno". Julián es alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. Actualmente está cursando un semestre de intercambio en la Universidad de Estocolmo, donde se ha interesado en el Derecho Internacional del Medio Ambiente. Más sobre el autor en las noticias de la Facultad.

REPORTAJE

Mucho se ha discutido últimamente sobre el Cambio Climático. Desde las energizantes palabras del ex Vicepresidente norteamericano Al Gore, “La hora de actuar ha llegado”, hasta las continuas menciones a sus efectos y consecuencias en los noticieros y periódicos de todo el Orbe; desde las numerosas críticas por la designación de nuestro ex Presidente Lagos al cargo de Enviado Especial de la ONU, hasta aquel desesperado llamado de Jacques Chirac a la creación de una Organización de las Naciones Unidas para el Medioambiente (mientras aun ostentaba la presidencia de Francia); desde la falta de lluvia en la Capital, hasta los movimientos telúricos en Aisén; desde el cambio de las temperaturas este año, hasta los altos niveles del ‘smog’; en fin, desde las múltiples repercusiones a nivel planetario, hasta cómo nos afecta en nuestro diario vivir, el calentamiento global dejó de ser un temor de algunos para convertirse, definitivamente, en una realidad para todos.

¿Qué más se puede esperar de un tema que amenaza con alterar, irremediablemente, el ordenamiento del Mundo tal y cual lo conocemos? Pues, sin ir muy lejos, nuestra vida cotidiana pareciera verse invariablemente afectada por el calentamiento global en todos sus sentidos. Así, desde el retiro de la nieve de la cordillera hasta el urgente cambio en los cultivos y en los sistemas de pastoreo, el Mundo entero se ve modificado por esta nueva realidad que se avecina.

Pero más allá de eso, más allá de cómo el Cambio Climático amenaza con cambiar nuestras formas de vida, resalta el cómo este ‘fenómeno humano’ anuncia un nuevo Orden Mundial donde la seguridad internacional se verá comprometida y las “Guerras del Nuevo Siglo” (tales como la contra Iraq) puede que dejen de ser una excepción.

Producto del Cambio Climático, las fuentes primarias esenciales para la existencia de vida en el Planeta (como el alimento, los lugares adecuados para su cultivo, y el agua) escasearán. A ello se suma la falta de idoneidad de algunos lugares para el desarrollo de energía hidroeléctrica como consecuencia directa de la disminución de las aguas lluvias, y las grandes pérdidas en el rubro del petróleo producto de los incendios naturales producidos por las altas temperaturas. Algunas naciones pequeñas pareciera están condenadas a desaparecer (como es el caso de los llamados ‘Estados Islas’), mientras muchas fronteras de países colindantes temen ser nuevamente cuestionadas cuando los ríos que las determinan modifiquen sus cursos. En fin, numerosas situaciones catalizadoras de conflictos internacionales surgen como consecuencia indirecta del tan renombrado calentamiento global. Y no son pocos los que dan cuenta de ello.

En un reciente debate de las Naciones Unidas sobre energía, seguridad y clima, la Secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Margaret Beckett, con el respaldo de sus colegas europeos, apuntó que la competencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cual comprende la protección de la paz y la seguridad internacional, es lo suficientemente extensa como para incluir al Cambio Climático dentro de sus amenazas.

La razón es simple: el Cambio Climático se ha convertido ya no sólo en una amenaza para la vida cotidiana y cómoda del ser humano (y para la existencia de la biodiversidad en el Planeta, valga decir), sino también para su existencia entera en cuanto deteriora la cantidad y calidad de los recursos naturales disponibles para una humanidad consumista, fomentando y alentando los mismos y numerosos catalizadores que a lo largo de la historia han derivado irremediablemente en guerra.

Pareciera ser verdad entonces que la paz y la seguridad internacional sí se verán comprometidas por el aumento de las temperaturas y por sus consecuencias directas e indirectas. Pareciera ser verdad que sí se puede argumentar que el Consejo de Seguridad tiene ‘algo que decir’ en este asunto del Cambio Climático. Y lo que es más, pareciera ser verdad que existe precedente que lo ratifique:

- En 1991 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas condenó e hizo responsable a Iraq por, entre otras cosas, “los daños ambientales y el agotamiento de los recursos naturales” producidos luego de la invasión a Kuwait (Resolución 687/1991).

- En 1992, el Presidente del Consejo de Seguridad señaló que la inestabilidad en los campos económicos, sociales, humanitarios y ‘ecológicos’ se han vuelto efectivamente amenazas a la paz y la seguridad mundial (Doc. S/23500).

- Finalmente en 2001, luego de vincular la explotación ilegal de recursos naturales en la República Democrática del Congo con la continuación del conflicto armado en dicha nación, el Consejo de Seguridad reafirmó “(…) que asigna suma importancia a que se ponga fin a la explotación ilegal de los recursos naturales en la República Democrática del Congo y (…) que está dispuesto a considerar las medidas necesarias para poner fin a esa explotación” (S/RES/1355 (2001), nº 22), con lo que de plano extendió sus atribuciones para poder interceder y regular la forma en que fuese llevada a cabo la explotación de los recursos naturales cuestionados en dicho país, con motivo de reestablecer así la paz y la seguridad en la región.

Este último caso revela que sí existe precedente inmediato para una intervención del Consejo de Seguridad regulando directamente la actividad que ha generado el conflicto. Mas, conviene apuntar que el planteamiento de la Secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido ha encontrado una fuerte réplica: los países en desarrollo comúnmente identificados como G-77 (el Grupo de los 77), han respondido duramente a este planteamiento alegando lo que para muchos resultará evidente: mediante un mecanismo tan poco democrático (como lo es el Consejo de Seguridad con 5 miembros permanentes con derecho a veto, cuales además vienen siendo los principales responsables del calentamiento global…) es posible que los intereses de unos pocos prevalezcan por sobre los de la Comunidad Internacional en su conjunto, protegiendo así a los ricos y poderosos a expensas de los débiles y corrompibles. Con ello, el debate volvería a ‘punto cero’ y la supuesta alternativa del Consejo de Seguridad dejaría de ser tal. Pero, si ya una vez el Organismo expandió su competencia (¿de pleno derecho?) para incluir consideraciones ambientales (la explotación de recursos naturales), ¿qué impide lo vuelva a hacer? Es más, ¿qué actitud debemos tener frente a esa posibilidad? ¿Será el Consejo de Seguridad, en caso de ser invocado, utilizado como una herramienta de bien o será, como teme el G-77, utilizado como un medio antidemocrático para proteger la estabilidad económica de unos pocos? Invariable ante estas respuestas, la gravedad del asunto radica en que el calentamiento global sí puede atentar contra la paz y la seguridad en el Mundo, especialmente si consideramos las (por fortuna aun débiles...) ‘enemistades’ que está generando entre las naciones que colaboran y aquellas que no lo hacen, por lo que el llamado a encontrar un consenso internacional al menos respecto de la oportunidad y el foro para discutir el tema, resulta imperante.

Es así como el debate surge con nuevos aires para encarar el Cambio Climático: ¿cuál es el escenario adecuado, idóneo, para discutir y combatir los efectos del calentamiento global, con miras a evitar resultados nefastos que amenacen la paz mundial? El Protocolo de Kyoto ya demostró ser una noble herramienta pero con escaso poder fáctico y coercitivo. Un nuevo texto internacional amenaza padecer las mismas falencias. La Asamblea General de las Naciones Unidas, quizá más democrática que el discutido Consejo de Seguridad, no representa la realidad contaminante internacional por lo que dista de ser el escenario preferido por todos los países involucrados. Y finalmente, el Consejo de Seguridad, aun con el precedente indicado en el área de la protección de los recursos naturales para mantener la paz y la seguridad internacional, ha sido acusado de ser una ‘posible herramienta para el beneficio de unos pocos’.

A veces, lamentablemente pareciera ser que sólo la buena voluntad de algunas naciones podrá impedir el colapso del Orden Mundial actual y el desencadenamiento de un conflicto bélico de proporciones. Mientras por un lado Estados Unidos continúe siendo el ‘rebelde sin causa’ en la protección ambiental (reparando en que sus supuestas ‘causas económicas’ se demuestran injustificadas a largo plazo al considerar el ejemplo de otras naciones desarrolladas que sí han introducido cambios y sí han realizado disminuciones), contrariando la voluntad y desesperación de la mayoría internacional, y por el otro, China mantenga su ruta contaminadora ‘necesaria’ (¿?) para el sostén de sus millones de habitantes, el deseo Mundial de encontrar una fórmula capaz de resolver este problema, de encontrar un consenso, se mantendrá latente sólo como una utopía. Ante este paradigma de “Gigantes Ausentes en la Batalla contra el calentamiento global”, incluso aquellas propuestas (que parecieran ser…) tan nobles como la reciente de Japón, “Enfriar la Tierra 50”, resultarán inocuas e ineficaces por no contar con la debida atención y participación de los grandes involucrados.

Recapitulando, el escenario vuelve a ser borroso y las soluciones siguen siendo complicadas. La idea del Consejo de Seguridad, si bien dinámica y quizá efectiva al momento de emprender acción, pareciera ser una nueva excusa para proteger las economías de los grandes involucrados. ¿Existe alguna posibilidad concreta de remediar esta gran falencia para habilitar este foro de discusión y acción? Sino, ¿qué alternativas reales nos quedan? ¿Cómo conciliar los intereses internacionales con los intereses nacionales, en aras de alcanzar un consenso capaz de enfrentar el calentamiento global? ¿Cómo moldear este escenario en donde la realidad climática actual y la urgencia que significa, los intereses de la Comunidad Internacional y su constante deseo de actuar, y los intereses de las diferentes superpotencias contaminantes que aun no asumen su verdadera responsabilidad, colisionan constantemente? ¿Cómo moldear este Tango para que los tres grandes involucrados lo puedan bailar en perfecta armonía? En esta batalla, en esta guerra por evitar futuras guerras, ésta es la única (y enorme) interrogante que nos queda por resolver.

Bienvenidas sean todas las sugerencias.

16 mayo 2007

Foro Energía II: Desarrollo sostenible y energía en la ONU, Por Pilar Moraga Sariego

En el contexto de la línea de investigación y extensión sobre Cambio climático y Energía del CDA, y en preparación del V Diálogo sobre Institucionalidad y Gestión Ambiental, que tratará sobre la Política Energética Nacional, presentamos un breve informe de lo ocurrido en la última sesión de la Comisión de Desarrollo Sostenible en Nueva York.
Pilar Moraga Sariego es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, e investigadora del CDA
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El 15º período de sesiones de la Comisión sobre Desarrollo Sostenible desarrollado en Nueva York entre el 30 de abril y el 11 de mayo, destinado a implementar el Plan de Acción de Johannesburgo de 2002, finalizó sin acuerdo, en razón del rechazo de la Unión Europea (UE) (con el apoyo de Suiza) a los compromisos adoptados.
El Plan de Acción de Johannesburgo comprometió a los Estados participantes en la Cumbre del Desarrollo Sostenible del año 2002, a trabajar en favor de la utilización de la energía para el desarrollo sostenible, en el ámbito del cambio climático, del acceso a la energía, de la eficiencia energética, de la implementación de nuevas tecnologías y tecnologías alternativas, del aumento de la producción de energías renovables, del mercado energético (en miras a aumentar su transparencia) y de la cooperación internacional (Párrafo 20).
El Ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, en representación de la UE, expresó que el texto elaborado durante esta conferencia “no sólo no cumple con nuestras expectativas, sino que además debilita los compromisos de la comunidad internacional en Johannesburgo, de hace ni siquiera cinco años” y agregó que “aceptar el documento habría enviado un mensaje equivocado al mundo”.
Las expectativas de la Unión Europea buscaban responder no sólo a los compromisos adquiridos en África del Sur en 2002, sino al contexto mundial actual marcado por el fenómeno del calentamiento global. En esta perspectiva la Unión Europea esperaba mayores compromisos, entre los cuales destaca la integración de políticas energéticas en las agendas nacionales de aquí a 2010 y la firma de un Tratado Internacional de Eficiencia Energética.
Los 130 países en desarrollo del grupo de los 77 (G77) y China apoyaron el texto final de esta Sesión, rechazando las pretensiones europeas, las que a su juicio implicaban un control de su política energética por parte de las naciones industrializadas
Este desacuerdo refleja no sólo las diferencias (justificadas) de intereses y perspectivas entre el Mundo desarrollado y en desarrollo, sino también las dificultades de concebir el problema energético, como un problema “urgente”, cierto, como la mayoría de los problemas de los países en desarrollo, pero a la vez de “largo plazo”. En este contexto los altos costos de hoy pueden significar el gran ahorro y tranquilidad de las generaciones futuras.

14 mayo 2007

Foro Energía I: Incentivos para las fuentes de energía renovable en la Unión Europea y en Estados Unidos

En el contexto de la línea de investigación y extensión sobre Cambio climático y Energía del CDA, y en preparación del V Diálogo sobre Institucionalidad y Gestión Ambiental, que tratará sobre la Política Energética Nacional, presentamos a continuación un breve resumen de un documento de trabajo publicado en febrero de 2007 por Wilson Rickerson and Robert C. Grace para The Heinrich Böll Foundation, titulado “The Debate over Fixed Price Incentives for Renewable Electricity in Europe and the United States: Fallout and Future Directions”.

Preparado por el ayudante de investigación del CDA, Sebastián Santamaría bajo la dirección de la Prof. Valentina Durán.
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La discusión acerca de las políticas de fomento de las energías renovables ha motivado el análisis de los beneficios comparados de los distintos esquemas de políticas energéticas. Los dos esquemas más relevantes en orden a integrar nuevas energías renovables son las variaciones del esquema de feed-in tariffs y el Renewable Portfolio Standards (RPS).

Las “feed-in tariffs” o “tarifas de alimentación”, ofrecen un pago a largo plazo y a un precio prefijado a los generadores de energía renovable por parte de las empresas distribuidoras. En tanto, los “RPS” (también conocidos como certificados verdes transables, u obligaciones de cuotas de energía renovable), buscan crear una competencia de precios entre los generadores de energía renovable para, de este modo, alcanzar objetivos predefinidos al más bajo costo posible.

La Unión Europea tiene experiencia con ambos esquemas de política energética. Sin embargo, es gracias a las “feed-in tariffs”, y no a los antiguos RPS, que ha logrado promover la expansión de la capacidad de energía renovable en diversos Estados miembros de la Unión Europea. El éxito de este esquema ha promovido su difusión a países como Noruega, Brasil, Suiza e Israel.

En cambio, la experiencia con las “feed-in tariffs” en Estados Unidos es bastante limitada, por cuanto la política energética norteamericana de los últimos años se ha basado, principalmente, en el desarrollo de los “RPS”, que requieren o la existencia de utilidades (en territorios que presentan un monopolio integrado de servicios), o bien la existencia de una amplia gama de generadores (en aquellos estados en que haya competencia libre) para que un porcentaje mínimo de su energía provenga de fuentes naturales renovables.

En Europa ha existido un amplio debate acerca de la “RPS” y las “feed-in tariffs”, en anticipo a una probable expansión mundial del modelo europeo de política energética. En Estados Unidos, en cambio, este debate se ha visto limitado, sencillamente por cuanto las “feed-in tariffs” no han sido vistas como una opción accesible en cuanto a política energética se refiere. El debate se centra, principalmente, en si acaso las “feed-in tariffs”, ya sea aquel esquema utilizado en la Unión Europea, o bien otras variantes creadas por los propios estados norteamericanos, pueden ser adaptadas de tal forma de hacer posible su coexistencia con las políticas norteamericanas de energía y la tan particular estructura de su mercado eléctrico.

En lo que respecta la relación con el medio ambiente que cada uno de estos esquemas de política energética presenta, constituye este vínculo un argumento más que determinante. De hecho, el argumento principal por el cual Estados Unidos no ha implementado, dentro de su política energética, la estructura impuesta por las “feed-in tariffs” es que dicha estructura no puede coexistir con un mercado de electricidad competitivo. De esta forma, se ha hecho difícil la expansión de las energías renovables en Estados Unidos, ya que el predominio de las “RPS” ha resultado en una constante competencia en la cual únicamente los generadores de energía renovable de más bajo costo pueden ingresar al mercado eléctrico, a diferencia de lo que ocurre en Europa, en que las “feed-in tariffs” han permitido, mediante los pagos a largo plazo que las caracterizan, una diversificación de la matriz de energías renovables.

Es por ello que, sin duda, la diversificación de las energías renovables en Estados Unidos no se ha llevado a cabo de la misma forma que en Europa, con las consecuencias ambientales que conlleva el uso indiscriminado de recursos naturales no renovables, circunstancia que, mediante una regulación más favorable a la diversificación de la matriz energética, ha disminuido en Europa.

Para concluir, el texto de Rickerson y Grace analiza los diversos matices que la implementación de uno u otro esquema de política energética ofrece, a la luz de estadísticas recopiladas durante años, y que permiten concluir que el esquema de política energética que se adopte acarrea consecuencias distintas no sólo en el ámbito económico de la energía, sino además en su repercusión en el medio ambiente, cuestionando la factibilidad de implementar el esquema energético europeo en los Estados Unidos, sin que ello signifique un cambio significativo en las condiciones de suministro de energía de los norteamericanos.

11 mayo 2007

Al Gore, una visita conveniente para Chile, por Eduardo Sanhueza

Publicado en El Mercurio, Miércoles 9 de mayo de 2007
Autor: Dr. José Eduardo Sanhueza, Consultor Internacional Cambio Climático y Desarrollo

Ya en 1896, el científico sueco Svante Arrenhius predecía que, como resultado de los gases emanados de las grandes chimeneas que proliferaban en los albores de la era industrial, se exacerbaría la propiedad de la atmósfera de retener calor y el planeta se calentaría, calculando que de doblarse la concentración de dióxido de carbono en ella, la temperatura podría incrementarse en 6 º C.
Esa sentencia quedó en silencio por 83 años.En 1979, la Organización Meteorológica Mundial convocó a una Conferencia sobre el Clima, donde por primera vez se consideró, a nivel internacional, el calentamiento global en curso como una amenaza para el planeta.
Desde esa fecha, los acontecimientos se sucedieron más rápidamente, comenzando por la instalación, en 1988, del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático -el foro que reúne a los científicos del mundo que trabajan en el tema-, seguido por el acuerdo de Naciones Unidas en 1990 de iniciar negociaciones a fin de establecer una Convención para enfrentar este problema de características globales, firmada en Río en 1992. Finalmente, como las transformaciones tecnológicas varían según la matriz energética de cada país, se adoptó en 1997 un Protocolo, en Kyoto, que cuantifica los esfuerzos diferenciados que los países industrializados deben realizar hasta el año 2012 para modificar sus patrones de emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde esa fecha se han producido importantes avances: la incorporación de nuevos contingentes de científicos al estudio del tema, entre los cuales se cuentan chilenos, la mayoría del sector privado de los países industrializados está en pleno proceso de readecuación de sus sistemas productivos para que sus emisiones sean compatibles con los compromisos adoptados en Kyoto, y en el mundo en desarrollo aumenta el interés de sus empresarios, incluidos los nuestros, para participar de los beneficios económicos del denominado Mercado del Carbono, establecido en ese acuerdo internacional. No obstante, el cambio climático y sus consecuencias han permanecido en la esfera de conocimiento de un pequeño grupo "de iniciados", ajeno a la inmensa mayoría de los ciudadanos, incluida, en los países del tercer mundo, su clase política.
Esta situación ha variado radicalmente en los últimos meses. Hay razones para ello, como las manifestaciones evidentes de los impactos resultantes del calentamiento global que vive el planeta. Pero, indudablemente, ha contribuido un mensaje exitosamente amplificado a través del cine, enunciado por una figura internacional como es Al Gore, quien ha creado las bases para la inédita cobertura que la prensa ha dado a los informes que en estos primeros meses del año han publicado los tres grupos de trabajo del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático.
Se ha argumentado que el mensaje de Al Gore es alarmista, pero ninguno de los escenarios con que ejemplifica su argumentación está descartado en esos informes. Lo realmente importante es que hoy, como nunca antes, se han leído los pronósticos que han estado haciendo los estudiosos de estos temas en el mundo desde 1990 y que, en lo sustancial, sólo reiteran hoy.
Y de esa lectura hay sólo una gran conclusión: como consecuencia del calentamiento global inducido por el hombre y que afecta al planeta, no es posible planificar el desarrollo económico futuro de las naciones descontando las pronunciadas alteraciones que este hecho producirá sobre la economía mundial tal como la conocemos hoy, tanto por los impactos directos y diferenciados que éste tendrá sobre las diversas regiones del mundo como por aquellos que se derivan de las medidas de respuesta para intentar aminorar este aumento de temperatura.
En estas circunstancias, es de esperar que cuando caiga el telón los que tuvieron la posibilidad de asistir a esta cita con Al Gore se retiren motivados a profundizar sus conocimientos en estos temas, para adquirir la capacidad de ver el mundo que se ha estado construyendo desde 1997, que les permita, por ejemplo, entender la razón de la existencia hoy de un G8 ampliado. Asimismo, que las autoridades gubernamentales asistentes se sientan motivadas a leer la Ley de la República publicada en el Diario Oficial del 13 de abril de 1995, para que comiencen, aunque fuere con retraso, a dar cumplimiento a lo que se establece en su Artículo 4, y comprendan que es hora de corregir errores, dándole a esta materia la relevancia que tiene y reinstalando su tratamiento en su lugar natural: en la esfera de gobierno donde se planifica el desarrollo nacional.
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Nota de la editora: Haciendo click en las etiquetas de esta entrada, pueden encontrar todo lo que hemos publicado en esos temas, como energía y cambio climático. Por ahí también el informe Stern y la synopsis de la película "la verdad incómoda".

10 mayo 2007

Capitán Planeta

La designación de Ricardo Lagos como enviado especial de la ONU ha despertado cierta discusión en el ámbito nacional, entre quienes cuestionan su legitimidad para asumir ese cargo, por cuestionamientos a su gestión ambiental como ex presidente, y quienes, con una mirada más optimista, celebran la oportunidad de que su liderazgo sirva a la causa del cambio climático. Rescatando esta dicusión, presentamos dos opiniones distintas, de Patricio Navia y de Sergio Montenegro.

Más allá de esta polémica, en las próximas semanas invitaremos a nuestros visitantes a debatir sobre la política energética nacional y el cambio climático, en preparación del V Diálogo sobre Institucionalidad y Gestión Ambiental del CDA, que abordará el tema de la Política Energética en Chile, y del
Programa Domeyko sobre Energía de la Universidad de Chile, que cuenta con la participación del CDA.

Lagos, el ecologista. Por Patricio Navia

Publicado en la Tercera, el 3/05/07. Disponible en Expansiva.

Cuando más lo necesitaba, Ricardo Lagos fue nombrado enviado especial del Secretario General de la ONU para el cambio climático. El ex presidente tendrá un tema permanente de agenda que le permita resaltar sus fortalezas y le ayude a desarrollar credenciales en un tema de futuro.
El propio Lagos señaló que los ex presidentes son como los jarrones valiosos. Todos los aprecian, pero nadie sabe qué hacer con ellos. Porque el suyo fue un gobierno con más aciertos que errores (su popularidad al dejar el poder así lo evidenció), muchos temen que Lagos quiera volver a buscar la presidencia. Su constante preocupación con el bicentenario (que se celebrará después que Bachelet deje el poder) siempre alimentó rumores sobre un posible retorno.
Si bien algunas de sus iniciativas inconclusas han sido cuestionadas o no han logrado ver la luz, los logros bajo su sexenio son evidentes. Incluso sus detractores aceptan que el Transantiago no hubiera tenido tantos problemas de implementación si Lagos hubiera estado en La Moneda.
Pero su condición de ex presidente presenta más problemas que ventajas. Si Lagos calla es criticado por la oposición, pero si habla es acusado de opacar al gobierno actual. Por eso, la invitación de la ONU le viene como anillo al dedo. Lagos podrá hacerse cargo de un tema de creciente importancia mundial. Eso le permitirá demostrar su vigencia profesional, su influencia internacional y su capacidad para abordar temas de futuro. Además, podrá hablar sin tener que referirse a la política cotidiana chilena.
El legado ecológico de Lagos es mixto. Hubo avances importantes, pero se pudo hacer más. Pero algunos ecologistas que han criticado el nombramiento equivocan tanto la forma como el fondo. Ellos están inmejorablemente posicionados para influir en las políticas que promueva Lagos. Precisamente porque han tratado con él (Sara Larraín lo ayudó a ganar la elección en 2000), los ecologistas chilenos serán ahora más influyentes que sus colegas en otros países. Tácticamente, es lo mejor que le pudo haber pasado al movimiento ecologista chileno. Lagos no fue nombrado por ser un combativo ecologista (perfil que hubieran preferido algunos activistas), sino por el respeto mundial que genera como un hombre de principios, razonable y hacedor. Es más fácil lograr que un líder respetado se sume a la causa ecologista que lograr que un activista sea efectivamente escuchado por otros gobiernos.
Ahora Lagos tendrá una inmejorable oportunidad para reinventarse como un líder de futuro comprometido con la causa del medioambiente, pero también consciente de que hay que forjar compromisos difíciles para avanzar. Si tiene éxito, su reputación internacional seguirá creciendo. Mejor aún, Lagos finalmente podrá dar vuelta la hoja y hablar más de futuro. No tendrá que seguir, rodeado de nostálgicos asesores más preocupados de sus propias desperfiladas carreras que del ex Presidente, obligado a defender el legado de un gobierno con muchas más luces que sombras.

08 mayo 2007

Independencia de la ciencia y estudios de impacto ambiental, por Gonzalo Medina Vogel*

Un aspecto importante que afecta la objetividad de los estudios de impacto ambiental, es la participación de académicos, contratados en las universidades, para la realización de estudios de impacto ambiental. Esto ha generado una falta de independencia en la discusión ambiental, y ha degenerado la opinión pública respecto de la ciencia. Hemos visto en varias conferencias cómo la opinión pública es crítica y negativa hacia académicos que han participado de estudios de impacto ambiental, cuestionando la independiencia de sus opiniones.

Muchos académicos ven esta posibilidad como un segundo ingreso, y las empresas los buscan como una manera de respaldar sus proyectos y así contrarrestar las posibilidades de opiniones discrepantes. Un ejemplo es la discusión surgida entre académicos de la PUC y la UACH por el problema de Celco, en que la empresa y los medios afines aprovecharon esa situación para anular la opinión científica del problema. Otro ejemplo es la reciente discusión del proyecto de la hidroeléctrica de pasada en el Río San Pedro, en que la empresa COLBUN llevó a los académicos del EULA de la Universidad de Concepción a presentar el proyecto en la UACH, llevando la evaluación ambiental de un proyecto productivo a la discusión académica. Estos son elementos absolutamente diferentes, una discusión científica no puede surgir de estudios de impacto ambiental, pues estos estudios están lejos de ser científicos. El incluir científicos en los estudios no los transforma en ciencia. En el fondo es el lobby de la empresa para evitarse opiniones discrepantes.

Creo sería muy importante para el futuro que los estudios de impacto ambiental sean llevados a cabo por solo personal calificado no académico y no contratado por la empresa, sino que por el Estado, con fondos traspasados por las empresas. Por supuesto con concurso abierto e informado. Los académicos deberían participar sólo como árbitros en caso de conflicto y por consultoría directa al Estado.

La situación actual está haciendo un grave daño a la credibilidad de los científicos por parte del publico, los políticos y las organizaciones con base ciudadana (ONGs). También esta provocando una falta de objetividad científica en la discusión. Por último está produciendo una falta de independencia de la opinión de los científicos, pues éstos ven los proyectos como una fuente secundaria de financiamiento.

Un científico activo no está preparado para hacer un estudio de impacto ambiental, pues éstos son de gestión, no de ciencia. Ahora la ciencia puede ir de mano de la gestión, pero la gestión deben hacerla los gestores, no los científicos. El separar los estudios de impacto ambiental y contratar a los académicos como árbitros frente a discrepancias entre las empresas y los ciudadanos o el Estado, ayudaría a la objetividad de los proyectos, generaría más empleo a un sinnúmero de profesionales con postgrado, y haría todo más ético.

Por supuesto muchos académicos se opondrán a esta iniciativa, pero recordemos que en las primeras clases de cualquier ramos de ciencias ambientales, sobre análisis crítico de conflictos, debemos tomar en cuenta la independencia de la opiniones, los académicos que no apoyarán esta moción son aquellos que ya han perdido su independencia debido ha que han hecho de los estudios de impacto ambiental una muy atractiva segunda entrada económica.

Gonzalo Medina Vogel es Director de la Escuela de Medicina Veterinaria de la Universidad Andrés Bello

04 mayo 2007

Foro del IV Diálogo: A decisiones infundadas, instructivo de CONAMA

Reportaje publicado el 20/04 en Sustentable.cl

A decisiones infundadas, instructivo de Conama

"No debería existir una normativa para recordarle a la autoridad cómo debe actuar", Rodrigo Guzmán, director ejecutivo (s) de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, en el marco del IV Diálogo sobre Institucionalidad y Gestión Ambiental.

Durante el IV Diálogo sobre Institucionalidad y Gestión Ambiental para el Chile del Bicentenario, organizado por el Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile, el director ejectutivo (s) de la Comisión Nacional de Medio Ambiente (Conama), Rodrigo Guzmán, expuso sobre el "Instructivo para la adecuada fundamentación de los Informes Sectoriales, de los Acuerdos y de las Resoluciones de Calificación Ambiental adoptados en el contexto del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental", despachado el 14 de marzo de este año por la actual ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte.
Guzmán participó en la elaboración de este material en su puesto anterior, como fiscal de Conama, pero ahora en su cargo de director subrogante, le tocó analizarlo. En conversación con Sustentable.cl profundizó sobre la necesidad de crear un instructivo como éste.
Sobre el instructivo
El objetivo principal del texto elaborado por la Conama es recalcar a los actores correspondiente, ya sean las Comisiones Regionales de Medio Ambiente (Coremas) u organismos del Estado, que las decisiones que adopten en materia ambiental sean "debidamente fundadas y razonadas", tal como expresa en su introducción.
A la hora de analiza el documento, Rodrigo Guzmán señala que las motivaciones que originaron su creación fueron fundamentalmente tres: proveer de transparencia, reglas claras y razonabilidad. "Pero además tiene por objetivo reforzar las ideas de la Ley 19.300", agrega el profesional.
Pero ¿por qué fue necesario redactar un instructivo como éste?
No debería existir una normativa para recordarle a la autoridad cómo debe actuar. Pero hubo ocasiones en que se adoptaron decisiones que iban en contra a los informes presentados a las Coremas. Lo que estamos diciendo con este documento es que los acuerdos de las Comisiones Regionales deben tener una adecuada fundamentación técnica y jurídica y emitidas por las entidades competentes.
Los informes deben contener las opiniones de los órganos competentes y la adopción de las decisiones deben ser fundadas o razonadas. Esto para que las resoluciones, aunque vayan en contra de los informes técnicos, sean adecuadamente fundamentadas.
¿Hay algún caso emblemático que haya gatillado la creación del instructivo?
No hay nada en particular. Tampoco tenemos estadísticas de las veces en que se falló de manera inadecuada, pero sí sabemos que hay un gran número de casos en que las decisiones carecían de peso. No es comprensible que llegado el momento de la determinación, cuando todos los antecedentes marcan una tendencia, la decisión sea contraria.
¿Cómo ha sido recibido este instructivo por las Coremas?
Ha tenido gran aceptación, principalmente porque los beneficiados con un documento como éste somos todos. Actualmente se están ejecutando planes de capacitación para los organismos correspondientes, y esto ha sido muy bien recibido.
¿Este instructivo espera eliminar el factor político de las decisiones de las Coremas?
No, la política estará presente siempre, como lo está a nivel jurisdiccional o administrativo y como en todas las cosas.

Descargue el instructivo y otros documentos relacionados desde la página del CDA.