31 mayo 2009

Tratamiento, gestión de desechos y reciclaje, por Kreuza Alarcón*

*Kreuza Alarcón es ayudante de investigación del CDA

Tradicionalmente la basura ha sido vista como un producto de la actividad humana, que carece de todo valor y que por ende debe ser eliminada. No es en absoluto desconocido que el aumento progresivo y geométrico de la producción de desechos del planeta es un problema de gran envergadura, y dado este desmesurado volumen de residuos generados en el mundo es que la problemática se cierne sobre qué hacer con todos estos desperdicios, cuando la simple eliminación deja de ser una solución adecuada.


Se han ideado algunas formas de disposición o mejor dicho de eliminación de desechos. Tratándose de residuos sólidos algunos son incinerados, emitiéndose con ellos una serie de gases tóxicos y contaminantes a la atmósfera; se acostumbra además a depositarlos en rellenos sanitarios y vertederos o tiraderos, que cuentan en mayor o menor grado, con estudios y mecanismos para garantizar la minimización del impacto ambiental del depósito de basuras, provocando malos olores, la inutilización de la tierra para la siembra por pérdida de fertilidad por la presencia de ciertos contenidos tóxicos, o bien la inestabilidad del terreno por el proceso de la descomposición de la basura que trae como consecuencia una mala mecánica de suelos que lo hace no apto para la edificación, entre otras. Además de que ninguno de estos mecanismos permite una potencial recuperación de los componentes reutilizables del desecho.

Debemos considerar además que gran parte de la basura hoy desechada fue un producto útil, que deberá ser reemplazado, implicando una demanda creciente por materia prima necesaria para su fabricación, con la consecuente presión medioambiental sobre los recursos naturales siempre limitados que ello supone.

Tomemos como ejemplo el caso del vidrio, que es uno de los materiales más utilizados en el mundo dadas sus propiedades, una vez desechado tarda más de 4000 años en biodegradarse y cada día se fabrica más y más vidrio, deteriorando con ello al medio ambiente, por estas razones es que la mejor opción disponible sería su limpieza y reutilización, o bien de su uso como materia prima para la fabricación del mismo, considerando que este material es 100% reciclable.

La respuesta entonces al problema que suponen los desechos (siempre que su naturaleza lo permita) está ligada principalmente al reciclaje. El Diccionario de la RAE tiene como uno de los significados de la palabra reciclar, el de “someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar”. De esta manera podemos descartar con cada vez mayor propiedad, la idea de que los desechos carecen de valor, ya sea para una posible reutilización, obtención de materia prima para la fabricación de nuevos productos o bien para la obtención de subproductos a partir del reciclaje.

Existen iniciativas alrededor del mundo en este sentido. En España, se utiliza polvo de caucho obtenido de neumáticos reciclados en mezcla con el asfalto en la construcción de las llamadas “Carreteras Ecológicas”. En Chile, CODELCO tiene el cementerio de neumáticos gigantes usados mas grande del mundo, estimado en alrededor de 20.000 unidades, que hasta ahora carecían de posible uso. Hoy se barajan las opciones de alianza con empresas de reciclaje externas para su tratamiento, separando sus componentes y así obtener caucho y alambre, o servir de materia prima para la fabricación de pasto sintético para canchas de fútbol, adoquines para pisos y las superficies de pistas de rekortan. Inclusive se ha contemplado la posibilidad de utilizar el sistema para construir autopistas en el norte de nuestro país (Fuente: Revista AREA MINERA)
Otra experiencia exitosa ha sido la obtención de Biogás a través del tratamiento de desechos biodegradables, mediante un proceso de gestión anaeróbica (sin oxígeno) de la materia orgánica, el que puede servir para producir energía eléctrica. Además de que en el proceso de descomposición, los restos inutilizados para producir biogás son usados como fertilizantes naturales. En Chile la planta de tratamiento de aguas servidas La Farfana ha dado con la iniciativa, estimando que puede llegar a producir 24 millones de m3 anuales, que podrán utilizarse como materia prima para la producción de gas de ciudad, llegando a satisfacer un 4% de la demanda por gas de la RM (Induambiente y Metrogas).

Tomando en cuenta estas experiencias y teniendo presente el avance tecnológico en el tratamiento de residuos, cabe esperar con mayor optimismo que en un futuro cercano en el mundo se pueda reciclar gran cantidad de desperdicios, hasta llegar a consumir en su totalidad productos reciclados, y que Chile pueda estar a la altura de ese propósito, para poder, de esa manera, disminuir la gran cantidad de desechos con los que saturamos el medio ambiente, y minimizar la presión de demanda por materias primas para la fabricación de productos nuevos.


Los desechos han dejado de ser basura inutilizable, con el tratamiento adecuado pueden ser una fuente de progreso económico y social y sobretodo un mecanismo apto para disminuir la contaminación ambiental, mejorando la calidad de vida de las personas, todo lo cual no tiene necesariamente que ser mirado como una iniciativa gubernamental costosa, por cuanto el reciclaje y tratamiento de residuos puede ser un negocio rentable para la empresa privada, siempre que existan las normativas y regulaciones adecuadas.

11 mayo 2009

Marco Económico de la Eficiencia Energética según Philip Coleman* por Javiera Cárcamo Bustos**

**Alumna Taller de Memoria Marco Jurídico Internacional de la Energía, dirigido por la Profesora Pilar Moraga de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile


La siguiente entrada es un resumen de la conferencia Marco Económico de la Eficiencia Energética dictada por Philip Coleman.



*Philip Coleman trabaja en Environmental Energy Technologies Division Lawrence Berkeley National Laboratory y la conferencia que dictó se encuentra en el marco de la visita que realizó por ser miembro del equipo internacional que llevó a cabo la revisión inter pares voluntaria de APEC de Eficiencia Energética presentado por Chile y Nueva Zelanda, cuyos resultados se presentarán para aprobación en Santiago entre el 21-23 de abril.



El pasado 22 de abril, en dependencias de la Universidad de Talca sede Santiago, se realizó el Seminario “Marco Económico de la Eficiencia Energética”, presentado por el ingeniero y profesor estadounidense Philip Coleman.


La premisa de Coleman es que se prefieren tecnologías antiguas por sobre las que potencian la Eficiencia Energética (EE) por problemas de comportamiento que mucha relación guardan con la ignorancia. Por tanto, sostiene, lo principal es motivar tanto a las personas naturales como a los bancos, tanto para que utilicen como para que financien planes que involucren el uso de EE.
Bajo tal estructura motivacional, ofreció 5 tipos de soluciones a los problemas de EE, que constituyeron el eje de su presentación:


1. Aumentar visibilidad (feedback) de consumo: A modo de anécdota, contó que hace un par de años en Ohio, USA, en el Oberlin College se hizo una competencia estudiantil de eficiencia en el uso de energía, que dio por resultado un ahorro promedio en electricidad de cerca del 31% en 2 semanas.


2. Calificación (“scoring”): Desde 2006 las agencias federales de Estados Unidos deben presentar su consumo energético. No sólo eso, sino que asignan una nota a cada una. La reacción habría sido inmediata, pues a partir de 2007 las agencias comenzaron a mejorar sus notas.


3. Reconocimiento y premios: En relación con la solución anterior, contó que hace 20 ó 25 años el Departamento de Vivienda de NYC implementó un sticker con una estrella de oro como premio al uso racional de la energía. El reconocimiento se hizo tan popular que la gente comenzó a competir por él.


4. Asignación de costos: Es de toda obviedad que las personas que usan la energía deben pagarla. Para esto deben usarse medidores. Se obtuvo mayor reducción de la esperada haciendo responsables a las personas por su consumo energético.


5. Retención de ahorro: Parte del ahorro pasa a los ahorrantes, a fin de mantener la motivación. Este sistema se usa en Módena, Italia: si ahorran US$10, se les dan US$5. En caso de superávit de ahorros, por ejemplo, un ahorro del 50% pasa a los operadores de colegios.


Coleman enfatizó que las posibilidades explicadas precedentemente se pueden aplicar en forma simultánea (y es lo que se hace). La retención de ahorro es particularmente importante, pues sin ella los próximos presupuestos se verían más y más recortados por la tendencia a la baja en el consumo.


Financiamiento de la EE
Respecto de las viñas nacionales hay una lista de medidas de conservación energética. Los bancos cobran un 18% de interés a sus préstamos, lo que Coleman explica en que en el campo de la EE no hay activo. Además, los prestamistas ven un riesgo muy alto, pues no están familiarizados con el concepto.
Así, Coleman cree que es probable que las barreras que impone el mercado a la EE sean sólo la respuesta al riesgo.
Para el profesor la clave para solucionar el problema del financiamiento radicaría en la diversificación de proyectos + diversificación de préstamos, de modo de crear competencia entre unos y otros, para bajar las tasas de interés de los bancos.


Sugerencia para Chile
Coleman hizo hincapié en una mayor investigación y desarrollo.
Por otra parte, y ante requerimiento de un asistente, aclaró que ahorro de energía y EE no significan lo mismo. Ejemplificó diciendo que ahorro de energía es apagar la luz, mientras que EE significa usarla mejor.
El punto débil de la presentación se encontró en que ante preguntas sobre el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) y el mercado de bonos de carbono, ambas en relación a la situación de nuestro país, el anfitrión se confesó ignorante, a raíz de la reticencia de su país a hacerse parte del Protocolo de Kyoto, que ha implementado tales instituciones.

02 mayo 2009

Upgrade* a Mundo Empresarial y Cambio Climático por Rodrigo Galleguillos**

* Esta entrada es el comentario que el autor realizó a Mundo Empresarial y Cambio Climático por Pilar Moraga


**Rodrigo Galleguillos es egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile y formó parte del equipo que representó a la facultad en "The Copenhagen Competition"



Es lamentable constatar que la visión del cambio climático, expuesta en el artículo precedente por la autora, está muy extendida entre los empresarios. Un gran porcentaje del empresariado parece reducir la discusión ambiental a una pelea en blanco y negro, entre el "progreso" y el "ecologismo".

Esta situación puede producir impotencia e, incluso, rabia entre aquellos ciudadanos que desearían ver empresas realmente preocupadas por el medio ambiente. Refunfuñar, criticar y alegar incomprensión es ciertamente una posibilidad.

Sin embargo, la misma situación puede ser considerada como un reto para aquellos empresarios y/o emprendedores que sepan comprender y adaptarse a las condiciones que los gobiernos y consumidores imponen (e impondrán) como consecuencia del cambio climático. Así, tal como los dinosaurios sucumbieron ante los cambios que sufrió nuestro planeta, dejando paso a formas de vida que sí supieron adaptarse, las industrias que no se adapten a las nuevas circunstancias también sufrirán esta especie de "darwinismo económico".

En tal sentido, es posible rescatar algunos ejemplos. A comienzos de esta década, cuando surgió el boom del MP3 y las descargas por internet, las grandes compañías discográficas - en vez de adaptarse a los nuevos tiempos - se enfrascaron en innumerables litigios judiciales, tratando de mantener "su" esquema de negocios. ¿El resultado? Perdieron clientes y mercados frente a nuevas compañías que, dentro de la legalidad y respetando los derechos de propiedad intelectual, crearon nuevas formas de hacer negocios online (I-tunes de Apple, myspace y youtube como medios de promoción, generación de ingresos a través de recitales, videojuegos, etc.). La música no murió, como fue anticipado por los "expertos": sólo encontró nuevas formas de comercialización y distribución, generando nuevas industrias y empleos.

Una situación similar es la que actualmente atraviesan las automotrices norteamericanas. Acostumbradas a su liderazgo, no fueron capaces de prever - cuando estaban en buen pie - los desafíos que presentaba para la industria automotriz la escasez de hidrocarburos. En vez de anticiparse a la demanda por autos eléctricos, híbridos o - simplemente - más eficientes, sucumbieron ante sus competidores japoneses, quiénes supieron adaptarse a los retos ambientales y económicos.

Y respecto al Cambio Climático, existen innumerables ejemplos de empresas que han logrado posicionarse en sus respectivos mercados, manteniendo un estándar acorde al desarrollo sustentable.

Novozymes es una empresa danesa, que produce enzimas destinadas a reemplazar químicos en los procesos de producción. En la India, por ejemplo, trabajaron en el proceso de producción y tintura de telas, reemplazando sustancias químicas nocivas con el medio ambiente por agentes biodegradables. ¿El resultado? casi nulo impacto ambiental, disminuyendo ostensiblemente la polución de los ríos y generando mejores condiciones de vida para su comunidad; generando ingresos por ello.

Asimismo, existen empresas que han visto una oportunidad de negocios en el combate al cambio climático. CarbonFootprint se dedica a calcular la "huella de carbono" que cada uno produce en el día a día, ofreciendo la oportunidad de compensar dichas emisiones con la compra de bonos de carbono. De igual modo, la página web ofrece una alternativa a las tradicionales “listas de novios”, ofreciendo la posibilidad de plantar árboles en nombre de la pareja en cuestión.

Un servicio similar es ofrecido por ciertas líneas áreas internacionales, donde es posible calcular cuánto emitirás por volar a un destino determinado y puedes - en la misma página web - comprar los CER (certificado de reducción de emisiones) equivalentes a lo que estás contaminando. Huelga decir que no faltará mucho tiempo para que algún emprendedor chileno desarrolle alguna de estas ideas en el país.

En conclusión, es una lástima que aún existan sectores del empresariado que no se adapten a los nuevos tiempos. Lamentablemente, tal como ocurrió con las discográficas y como está ocurriendo con las automotrices americanas, las empresas que no sepan adaptarse se hundirán, trayendo consigo trabajadores y familias enteras. Sin embargo, las fuerzas del mercado proclives al desarrollo sustentable sabrán encontrar sus espacios y, muy probablemente, generarán nuevas industrias, empleos y permitirán abrir nuevos mercados a nivel regional. Si en el Siglo XX la causa ética del mundo fueron los derechos humanos, en el siglo XXI ésta será el desarrollo sustentable. Y tal como los consumidores exigieron que sus zapatillas hechas en China cumplieran con ciertos estándares laborales de fabricación, los consumidores exigirán que sus productos sean producidos respetando el medio ambiente, teniendo la menor “huella de carbono” posible en la producción, distribución, comercialización y almacenamiento final de éstos.Y es de esperar que los empresarios que provean dichos productos y servicios, provengan de nuestra generación. Así... ¿quién sabe si la próxima Novozymes no nacerá de jóvenes profesionales chilenos?




Fotografía: http://www.naturesgreenreleaf.com/Links.htm