12 septiembre 2008

Cambio climático: Los nuevos problemas del pasado, por Julián Cárdenas

Julián Cárdenas es alumno de 5to año de Derecho de la Universidad de Chile y está postulando actualmente al concurso de estudiantes "Cambio Climático: Desde Kioto a Copenhague" con miras a preparar la decimoquinta Conferencia de las Partes para la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a suceder en diciembre de 2009 en Dinamarca.

El pasado lunes 18 de agosto el ex Presidente de la República y actual Enviado Especial de Naciones Unidas para el Cambio Climático, don Ricardo Lagos Escobar, rindió una magistral charla ante alumnos y académicos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile respecto de los avances en las negociaciones internacionales con miras a lograr un acuerdo internacional posterior al Protocolo de Kioto (año 2012). Fui uno de aquellos alumnos presentes, regocijado ante el nivel de la presentación brindada, y no obstante ello, hoy admito encontrarme acomplejado por una pregunta que durante la conferencia hice y que pese a haber sido respondida, no concilio con suficiente calma.

“¿Qué sucederá en el futuro si, debido al calentamiento global, sucede un reordenamiento climático de tal envergadura capaz de redefinir recursos hídricos tales como ríos y otros que, valga decir, configuran fronteras naturales entre distintos países? ¿Qué medidas se pueden y deben tomar ante eventos similares que puedan afectar severamente el abastecimiento de agua potable de países cuyos límites se trazaron atendiendo el curso hidrográfico de la zona? ¿Qué opciones existen: se ha previsto este escenario o se tomará –nuevamente- una actitud netamente reaccionaria?”.

Una primera conclusión podría ser, tal y como apuntó nuestro informado expositor, acordar que las fronteras permanezcan inmutables. En otras palabras, aceptar que los tratados son estrictos, no deben ser cuestionados, y que en definitiva la regla de oro es la invariabilidad. Pero, ello mismo significaría que, ante estos escenarios, diversos Estados pudieran verse beneficiados (en lo que a su abastecimiento hídrico respecta), en desprecio de otros que, para su pesar, carecerían de los mismos y deberían buscar alternativas de reabastecimiento para satisfacer así la demanda de sus ciudadanos por el agua necesaria, quizá, para su total supervivencia.

Una segunda opción, que probablemente alzará más de un grito en el cielo, sería plantear la posibilidad de redibujar los límites fronterizos de los Estados para que esta situación no potencie el desabastecimiento de agua en estas naciones. Ello implicaría entrar a renegociar los límites fronterizos, con todo el costo humano y económico que ello importaría y que, sin duda, demandaría un esfuerzo soberano en aras de la paz y la supervivencia.

El tema no es uno menor, ni debe ser evaluado a la ligera: reconociendo la potencial escasez de agua potable que se avecina en el mundo, y reconociendo que los Estados tienen un compromiso para con sus nacionales tanto de protección como de abastecimiento, las posibilidades de múltiples conflictos internacionales (incluso bélicos) son varias. Basta ilustrar este punto con una zona en particular que ha sido históricamente inestable, cuna de muchos conflictos armados, como es el caso de los Balcanes cuya cuenca hidrográfica se compone principalmente por el paso del Rio Danubio. Es este río el que traza la frontera, por ejemplo, entre Rumania y Bulgaria, no sin antes atravesar a otras naciones tales como Austria, Serbia y Hungría. En definitiva, es este río el que abastece del hoy tan preciado recurso a un gran número de países, todos los cuales podrían verse gravemente amenazados por una eventual modificación en su cauce.

¿Y qué sucede con Chile, cuyos límites, en parte, también han sido trazados atendiendo razones de carácter hídrico? ¿O no es ella la razón que decidió el tenor del Artículo Primero del Tratado de Límites entre la República de Chile y la República Argentina de 1881, cual divide las naciones trazando, en parte, una línea que atraviese la Cordillera de los Andes “por las cumbres más elevadas de dicha Cordillera que dividan las aguas”?

A estas alturas, es casi inaceptable para cualquiera de nosotros desconocer, siquiera la posibilidad, de la existencia del Calentamiento Global. Hoy, grandes impulsores y líderes mundiales actúan en aras de alcanzar algún tipo de acuerdo para propulsar una significativa mitigación a los niveles de emisiones contaminantes actuales, al tiempo que la comunidad internacional empieza a reconocer, junto a los evidentes cambios ya padecidos, algunos posibles efectos quizá imposibles de flanquear. Uno de ellos del que poco y nada he escuchado atiende, precisamente, a lo que hoy expongo: ¿qué sucederá mañana cuando, luego de nuestra ya patológica inactividad, el Cambio Climático amenace no sólo nuestras condiciones y estilos de vida, sino también nuestras vidas mismas al gatillar conflictos armados de magnitudes insospechadas al estar el abastecimiento de agua potable, y por tanto, la supervivencia de toda una comunidad y quizá de toda una nación, en riesgo? Ojalá este escenario, claramente el más extremo al que mi imaginación puede llegar a partir de este punto de partida, nunca suceda. Ojalá, nuestros esfuerzos por alcanzar un acuerdo para mitigar el Calentamiento Global sean fructíferos y eviten estos ‘efectos impensados’, Ojalá, la comunidad internacional reaccione a tiempo para, junto a evaluar planes inmediatos de prevención y control que espero se pongan pronto en acción, busquen formas integrales de adaptación y de preparación ante posibles focos de conflicto que podrían avecinarse en un futuro no tan lejano. El Calentamiento Global sí sucede, y aun cuando hoy no tengamos claro cómo lo enfrentaremos, al menos empecemos desde ya a pensar en lo que haremos ante sus inimaginables efectos.

2 comentarios:

Sergio Praus G. dijo...

Muy interesantes tus reflexiones Julián. De hecho las comparto personalmente y las hemos analizado en el Curso de Derecho Ambiental de la UMAG en Punta Arenas http://internacional2007.blogspot.com/). Por cierto, te invito a seguir analizando el tema y a intercambiar impresiones,...desde luego te invito a publicar estas ideas en nuestro Blog.
Atentos Saludos,

Sergio Praus
Director Centro Froward de Derecho Ambiental
UMAG
Región de Magallanes y Antártica Chilena

Anónimo dijo...

El chileno Sergio González Martineaux, quien pertenece al Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, piensa que ante las interrogantes como la que planteas una línea de acción imprescindible es ordenar cada asunto relativo a los efectos del cambio climático en Políticas Públicas inteligentes.
Súper interesante el tema, gracias.