18 abril 2009

Mundo Empresarial y Cambio Climático por Pilar Moraga Sariego*



*Doctora en Derecho
Investigadora Centro de Derecho Ambiental




Un diario de circulación nacional (La Nación, 12 de abril de 2009) se refirió a la participación del gerente de operaciones y medio ambiente de la SOFOFA, Sr. Jaime Dinamarca, en el seminario organizado en Coyhaique: Energía en Aysén: Una visión de Futuro. Dicho artículo destaca el cuestionamiento que el aludido hace al fenómeno del calentamiento global y al contenido del informe del IPCC, 2007 (Panel Científico Intergubernamental sobre Cambio Climático), en el que se concluye que este problema global es consecuencia de la actividad humana. Además subraya la eventual “arremetida” que el expositor habría realizado en contra de las organizaciones ambientalistas.

Cabe aclarar al respecto al menos dos puntos importantes:

  • Que el calentamiento global dista bastante de ser un problema únicamente ambiental y que también lo es, y sustancialmente, económico (Informe Stern).
  • Que los mercados internacionales evolucionan claramente hacia la necesidad de dar respuesta a este problema planetario, a través de la incorporación de conceptos tales como: la “huella del carbono” o la “limitación de emisiones sectoriales”.

Lo anterior no es una opinión personal, sino una mera transcripción de la voluntad expresada por los líderes mundiales, entre los cuales se encuentra la actual administración americana. Este es un periodo sensible en la materia, pues las discusiones internacionales están buscando dar contenido al nuevo periodo de compromisos que seguirá al Protocolo de Kyoto a partir del 2012 y que se espera, tomará forma definitiva en la Reunión de la Conferencia de las Partes de la Convención de Cambio Climático en Copenhague, en Diciembre 2009.

Negar esta realidad puede significar no sólo no contribuir a la “gran causa ética del siglo XXI”, sino además una gran pérdida de competitividad para las empresas nacionales, las cuales de no prepararse no estarán en condiciones de responder a los nuevos estándares internacionales que se perfilan, ni de aprovechar las nuevas oportunidades económicas que ofrece el calentamiento global.

*Imágen http://www.chrismadden.co.uk/eco/Noah%27s-Ark-climate-change.jpg


1 comentario:

Rodrigo Galleguillos Martín dijo...

Es lamentable constatar que la visión del cambio climático, expuesta por la autora, está muy extendida entre los empresarios. Un gran porcentaje del empresariado parece reducir la discusión ambiental a una pelea en blanco y negro, entre el "progreso" y el "ecologismo".

Sin embargo, esta situación puede ser considerada como un reto para aquellos empresarios y/o emprendedores que sepan comprender y adapatarse a las condiciones que los gobiernos y consumidores impondrán a causa del cambio climático. Así como los dinosaurios sucumbieron ante los cambios que sufrió nuestro planeta, dejando paso a formas de vida que sí supieron adaptarse, las industrias que no se adaptan a las nuevas circunstancias también sufrirán esta especie de "darwinismo económico".

Ejemplos hay varios: recuerdo a comienzos de esta década, cuando surgió el boom del MP3 y las descargas por internet, cómo las discográficas - en vez de adaptarse a los nuevos tiempos - se enfrascaron en innumerables litigios judiciales, tratando de mantener "su" esquema de negocios. ¿El resultado? Perdieron clientes, mercados y sucumbieron ante las nuevas formas de hacer negocios online (I-tunes de Apple, myspace y youtube como medios de promoción de nuevas bandas, generación de ingresos a través de recitales, etc.). La música no murió, como fue anticipado por los "expertos": sólo encontró nuevas formas de comercialización y distribución, generando nuevas industrias y empleos.

Una situación similar es la que actualmente atraviesan las automotrices norteamericanas. Acostumbradas a su liderazgo, no fueron capaces de anticiparse - cuando estaban en buen pie - a los desafíos que presentaba la escasez de hidrocarburos. En vez de anticiparse a la demanda por autos eléctricos, híbridos o - simplemente - mas eficientes, sucumbieron ante sus competidores japoneses, quiénes supieron adapatarse a los retos ambientales y económicos.

Y respecto al Cambio Climático, existen inumerables ejemplos de empresas qué sí han podido generar utilidades, manteniendo un estándar acorde al desarrollo sustentable. Novozymes < http://www.novozymes.com/da > es una empresa danesa, que produce enzimas destinadas a reemplazar químicos en los procesos de producción. En la India, por ejemplo, reemplazaron químicos muy nocivos con el medio ambiente en el proceso de producción de telas por sustancias biodegradables. ¿El resultado? casi nulo impacto ambiental, disminuyendo ostensiblemente la polución de los ríos y generando mejores condiciones de vida para su comunidad; generando ingresos por ello. Asimismo, existen empresas que se dedican a calcular la "huella de carbono" que cada uno produce en el día a día, ofreciendo la oportunidad de compensar dichas emisiones con la compra de bonos de carbono, equivalentes a las emisiones realizadas. Esto ya está disponible en líneas áreas internacionales, donde puedes calcular cuánto emitirás en tu vuelo y puedes - en la misma página web - comprar los CER (certificado de reducción de emisiones) equivalentes. Huelga decir que no faltará mucho tiempo para que algún emprendedor chileno desarrolle la idea en el país.

En conclusión, es una lástima que aún existan sectores del empresariado que no se adapten a los nuevos tiempos. Sin embargo, las fuerzas del mercado proclives al desarrollo sustentable sabrán enocntrar sus espacios. Muy probablemente, generarán nuevas industrias y empleos y permitirán abrir nuevos mercados a nivel regional. Así... ¿quién sabe si la próxima Novozymes no nacerá de jóvenes profesionales chilenos?