En el contexto de la línea de investigación y extensión sobre Cambio climático y Energía del CDA, y en preparación del V Diálogo sobre Institucionalidad y Gestión Ambiental, que tratará sobre la Política Energética Nacional, presentamos un breve informe de lo ocurrido en la última sesión de la Comisión de Desarrollo Sostenible en Nueva York.
Pilar Moraga Sariego es profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, e investigadora del CDA
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El 15º período de sesiones de la Comisión sobre Desarrollo Sostenible desarrollado en Nueva York entre el 30 de abril y el 11 de mayo, destinado a implementar el Plan de Acción de Johannesburgo de 2002, finalizó sin acuerdo, en razón del rechazo de la Unión Europea (UE) (con el apoyo de Suiza) a los compromisos adoptados.
El Plan de Acción de Johannesburgo comprometió a los Estados participantes en la Cumbre del Desarrollo Sostenible del año 2002, a trabajar en favor de la utilización de la energía para el desarrollo sostenible, en el ámbito del cambio climático, del acceso a la energía, de la eficiencia energética, de la implementación de nuevas tecnologías y tecnologías alternativas, del aumento de la producción de energías renovables, del mercado energético (en miras a aumentar su transparencia) y de la cooperación internacional (Párrafo 20).
El Ministro alemán de Medio Ambiente, Sigmar Gabriel, en representación de la UE, expresó que el texto elaborado durante esta conferencia “no sólo no cumple con nuestras expectativas, sino que además debilita los compromisos de la comunidad internacional en Johannesburgo, de hace ni siquiera cinco años” y agregó que “aceptar el documento habría enviado un mensaje equivocado al mundo”.
Las expectativas de la Unión Europea buscaban responder no sólo a los compromisos adquiridos en África del Sur en 2002, sino al contexto mundial actual marcado por el fenómeno del calentamiento global. En esta perspectiva la Unión Europea esperaba mayores compromisos, entre los cuales destaca la integración de políticas energéticas en las agendas nacionales de aquí a 2010 y la firma de un Tratado Internacional de Eficiencia Energética.
Los 130 países en desarrollo del grupo de los 77 (G77) y China apoyaron el texto final de esta Sesión, rechazando las pretensiones europeas, las que a su juicio implicaban un control de su política energética por parte de las naciones industrializadas
Este desacuerdo refleja no sólo las diferencias (justificadas) de intereses y perspectivas entre el Mundo desarrollado y en desarrollo, sino también las dificultades de concebir el problema energético, como un problema “urgente”, cierto, como la mayoría de los problemas de los países en desarrollo, pero a la vez de “largo plazo”. En este contexto los altos costos de hoy pueden significar el gran ahorro y tranquilidad de las generaciones futuras.
1 comentario:
Los dos últimos posts (relativos a energía) han sido muy interesantes y de gran utilidad. Muchísimas gracias y felicidades. Me gustaría saber cuando se llevará a cabo el V Diálogo sobre Política Energética Nacional.
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