18 enero 2009

Protección e Interés en el Medio Ambiente, cuestiones de valoración, por Kreuza Alarcón*


*Kreuza Alarcón es egresada de Derecho de la Universidad de Chile. Ha sido seleccionada como ayudante de investigación para el año académico 2009.

Nadie hoy, puede, desde una posición seria, negar la gran importancia que tiene el tema medioambiental, el interés en él es común en personas, empresas, gobiernos y comunidades internacionales. En lo que si se difiere, y de manera radical, es en el tipo de interés que éste despierta para cada uno de ellos, que va desde la explotación económica, satisfacción de necesidades, estudio e investigación, de preservación, hasta el recreacional.

El punto es; el interés de cada cual por el medio ambiente, va indisolublemente unido al valor que se le atribuya al mismo. VALOR, entendido según la RAE, como el “grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o proporcionar bienestar o deleite” operación que solo puede llevarse a cabo por un ser racional, lo que hace al ser humano único capaz de atribuir valor a otros seres y cosas y de que tipo de valor goza cada cual.

De todo lo anterior se desprende que la acción de valorar se centra en el campo de la ética, la valoración al medio ambiente se ha enfocado desde el punto de vista de la ética antropocéntrica; la cual entiende que “la biosfera tiene valor exclusivamente porque el ser humano ha decidido otorgárselo”. La frase recién mencionada tiene la característica de ser de una lisa y llana claridad y gozar de una lógica difícil de contrarrestar, la complejidad de la operación racional de valorar la hace posible solo en la especie humana.

Los detractores de dicha ética afirman que se basa en postulados egoístas, que no reconocen valor intrínseco a otras especies además del hombre, donde éste se posiciona en el centro del universo y no da razón de ser a otros sistemas complejos de existencia.

Por otra parte, pasando por tesis intermedias, autores y ecologistas, afirman que la visión del medio natural no puede basarse en la mirada restringida, en ocasiones poco informada y muchas veces interesada del hombre. Así, proponen un punto de partida igualitario donde otras especies tienen derechos per se, que no nacen del reconocimiento humano. El hombre esta inserto dentro de un todo y su vida y sobrevivencia en el planeta depende de ese todo interrelacionado, así, aún siendo seres racionales, somos una especie mas sobre la faz de la tierra, y como tal debemos llevar a cabo la tarea de preservar la integridad, estabilidad y belleza de la comunidad biótica, Palabras de Aldo Leopold y su ética de la tierra.

Sin embargo, debemos reconocer el papel preponderante que toca al ser humano en esta interacción, los esfuerzos serán infructuosos a la hora de intentar separar completamente la valoración al medio ambiente, del hombre como individuo o como colectividad.

El medio ambiente y su protección son temas de interés desde la perspectiva del ser humano, y el mayor de los derechos relacionado con ellos, “el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación” se encuentra tanto en nuestra legislación como en normativas extranjeras e internacionales reconocido y otorgado a las personas, la naturaleza no puede reclamar para si el derecho de protegerse. También debemos tener presente, la estrecha relación de la protección ambiental con otros derechos, como el derecho a la vida, a la salud, a la integridad física y psíquica, etc. Y a los cuales, en cierto modo, debe su nacimiento como objeto de protección legal y constitucional, su relativamente reciente inclusión en el catálogo de derechos humanos, situándosele como un derecho fundamental de tercera generación, se debe precisamente a esta relación con el hecho de que su valoración, ya sea desde un punto de vista utilitarista o instrumental, provienen del ser humano.

Pero, el hecho de que la valoración provenga del ser humano, no es contradictoria con la idea de que el medio ambiente, la biósfera y los recursos naturales tengan valor en si mismos. El ser humano es capaz de reconocer y otorgar esa clase elevada de valor, sabiéndose inmerso en el entorno, mas aún, sabiéndose dependiente de él. Somos capaces de crear diversos sistemas y escalas de valoración.

Hoy por hoy, es difícil negar que gran parte de los intereses y por ende el valor hacia al medio ambiente tienen un marcado carácter económico utilitarista, lo que no significa que se estime que ciertos ecosistemas, recursos naturales, especies de flora fauna o paisajes no sean de excepcional importancia y que se reste en ellos valor económico de explotación, en pro del valor de preservación de los mismos.

Con motivo de los recientes VII diálogos sobre institucionalidad y gestión ambiental para el Chile del bicentenario, llevados a cabo por el Centro de Derecho Ambiental de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, respecto de las áreas protegidas y el sistema de evaluación de impacto ambiental, llamó mi atención la falta de acuerdo entre las diversas visiones de los expositores, acerca de las actividades económicas potencialmente realizables en aéreas protegidas, lo que tiene directa relación con el asunto que he venido tratando. De un tiempo hasta ahora, los sistema de protección ambiental son vistos como un mecanismos de desarrollo sustentable, es decir de explotación racional de los recursos, que permitan su perduración a generaciones futuras, desde este punto de vista, lógico es pensar en las condiciones que son necesarias para poder realizar actividades económicas en áreas protegidas que no sean absolutamente contrarias a este fin, dando por sentado la factibilidad de la realización de las mismas, es decir el problema esta en el como, no en el que.

No obstante, las áreas protegidas son el ejemplo de valorización a nivel de preservación, por lo cual el interés en ellas no es de explotación, de hecho, dichas actividades se hacen incompatibles con la finalidad de un área protegida, sean o no capaces de ser explotadas en forma sustentable. (Otro tema es la falta de claridad al respecto y las confusiones que dicha falta genera).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

CREO QUE NOS DEBEMOS PREOCUPAR MUCHO POR EL MEDIO AMBIENTE, ES CIERTO QUE TENEMOS UN HOGSR HAYA EN EL CIELO PERO MENTRAS TANTO VIVIMOS AQUI HAY QUE CUIDAR EL MEDIO AMBIENTE YO SE QUE A POCAS PERSONAS NOS INTERESA EL AMBIENTE PERO CON UN POCO QUE AYUDEMOS AL PLANETA YA HACEMOS LA DIFERENCIA CUIDEMOS LO QUE TENEMOS. SI NO CUIDAMOS, EL AGUA SE PODRIA ACABAR Y NO PODEMOS VIVIR SIN ELLA

Anónimo dijo...

soy el mismo anonimo de hace rato cuando entre a esta pagina no vi ni un solo comentario, que a nadien le interesa el ambiente, que tristesa me da decir que nosotros mismos estamos destruyendo nuestro hogar la TIERRA