24 noviembre 2008

Los Costos de la Regulación Ambiental, por Gonzalo Parot*

Nota de la editora: como en años anteriores publicamos las mejores entradas de los alumnos de la clínica ambiental.

*Gonzalo Parot es estudiante de 5º año de Derecho de la Universidad de Chile y alumno del curso clínico de derecho ambiental y resolución de conflictos.

Hace algunos días, al presentar el libro del Presidente checo Václav Klaus, el ex Presidente español José María Aznar realizó controvertidas declaraciones en las cuales criticaba el ecologismo extremo. De acuerdo con sus dichos, no existe suficiente evidencia científica como para corroborar la influencia del hombre en el fenómeno del calentamiento global. Acusó a los defensores de esta cruzada mundial ecológica de defender su tesis como un dogma que conlleva el malgasto de miles de millones de dólares que podrían tener un mejor destino[1] [2].


Más allá de las cuestiones científicas involucradas, esta postura es reflejo del antiguo debate entre propiedad y medio ambiente. Tras la mutación del Estado interventor concebido a mediados del siglo XX, la controversia sobre la extensión y la profundidad de las medidas de protección ambiental incluye posturas que cuestionan los costos derivados de las trabas puestas a la producción[3].

Es claro que la reducción de emanaciones implica el desarrollo de nuevas tecnologías sin duda más caras y el sacrificio de niveles de productividad potencialmente superiores. La legislación ambiental juega un rol fundamental en la definición de los costos sobrellevados por los países en la lucha contra el calentamiento global.


Desde el punto de vista económico, los dichos de Aznar se basan en la definición de políticas públicas desde la perspectiva de los costos sociales en el corto plazo. El costo de permitir que el riesgo persista debe ser contrarrestado directamente por la medida específica que se adopte. Muchas políticas públicas pueden generar rendimientos muy satisfactorios en este sentido, como en las campañas de inmunización de la población ante ciertas enfermedades o los subsidios habitacionales, por ejemplo.


Observado desde un foco costo-beneficio, la regulación ambiental suele ser cuestionada en tanto no produce resultados tangibles en el corto plazo en términos de salud pública. El problema reside en que el calentamiento global escapa al enfoque microeconómico. La eficiencia sólo permite asignar recursos escasos en el panorama presente, no incide de modo alguno en su aumento o disminución en el tiempo[4].


Un debate ambiental responsable requiere de argumentos que trasciendan el presente estático de la oferta y la demanda. Es perentorio aplicar un enfoque dinámico que incorpore la disponibilidad y generación de los recursos en el futuro. Por lo mismo, la discusión debe evitar cerrarse a la contingencia, garantizando un flujo constante de información científica que avale las medidas adoptadas.


Las acusaciones de Aznar, en tal sentido, acarrean la pretensión muy respetable de abrir el debate a posiciones hoy criticadas que cuestionan legítimamente las creencias actuales. El “ecologismo responsable” que él plantea, sin embargo, lleva hoy día a aceptar los costos actuales de la legislación ambiental de acuerdo al estado actual del conocimiento científico. La prioridad otorgada al fenómeno del calentamiento global se justifica, a pesar de las posibles dudas, en el riesgo generalizado que se cierne respecto del sistema productivo mundial, que escapa a las consideraciones inmediatas pero cuyas repercusiones pueden trascender con creces los costos sociales más graves enfrentados en la actualidad.

[1] http://www.emol.com/noticias/internacional/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=327222
[2] http://www.rtve.es/noticias/20081022/aznar-cuestiona-calentamiento-global-pese-los-inquisidores-del-apocalipsis-climatico/181504.shtml
[3] OST, François, Naturaleza y derecho, Para un debate ecológico en profundidad, Ediciones Mensajero, Bilbao, 1996, pp. 85-136.
[4] DRIESEN, David, The economic dynamics of environmental law: Cost-benefit analysis, emisions trading and priority setting, Conferencia Syracuse University College of Law. http://www.bc.edu/schools/law/lawreviews/meta-elements/journals/bcealr/31_3/01_FMS.htm

1 comentario:

Sergio Praus G. dijo...

Gracias Gonzalo por tus reflexiones,... muy acertadas y creo, igualmente, que tu opinión va en la vía correcta, a diferencia del Sr. Aznar. En verdad creo que desde la misma visión economica y desde el paradigma del derecho de propiedad, es que también puede cuestionarse la postura del "ecologismo responsable", ya que la matriz de tiempo que se usa en ciertas decisiones de carácter político/económico, al ser de corto -o bien inmediato plazo- genera la erronea percepción de un sobrecosto de implementar nmedidas mas allá de tal escala de tiempo. Sin embargo, la ciencia económica debe apoyarse, precisamente en aras a la optimización de la relación costo/beneficio, en matrices temporales derivadas no solo de las ciencias exactas (que establecen con rigor los tiempos de duración de fenómenos físicos, químicos o climáticos), sino que de las propias ciencias sociales. Desde la historia, por ejemplo, las escalas espacio-temporales son de una magnitud que escapa nuestras escalas de percepción de tiempo. Igual cosa ocurre, por ejemplo, con la geología. En Fin, el paradigma de evaluar la eficiencia social de las decisiones sobre la base de nuestra simplista escala de tiempo "una generación humana" (a lo sumo dos)transforma en "costo" inaceptable aquello que debiera ser un "costo razonable", y en el mejor de los casos, una "inversión". Finalmente, me parece pertinente también considerar que nuestra sociedad debe encarar, independientemente de sus orígenes, el cambio climático, al costo que sea, inclusive pensando en la actual generación (Nº 1) y en la que viene (Nº 2),.. en una muy cortoplacista visión, ya que los costos de no actuar ya están comenzando a ser mayores que los de actual, en muchos casos.
Con todo, me quedo con una aproximación ética y valórica, que nos impone hacernos cargo y asumir los costos de nuestro propio bienestar y sobrevivencia, y de las generaciones venideras.
Sergio Praus
Centro Froward de Derecho Ambiental
Universidad de Magallanes
Punta Arenas.